Cuando uno va al teatro, Sala Verde de Teatros del Canal, Madrid, y se ve situado frente a un escenario que le sacude el pulso hacia otra realidad, hacia otra existencia que se sabe dramática porque las noticias que no mienten, en esta ocasión la dio el valiente y honesto periodista Antonio Ladra, ya nos ha contado el tan corriente caso de la Operación Océano, otro de esos vergonzantes delitos sexuales, este ocurrido en Uruguay, aunque igualmente los hay en Argentina, España, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, India, China, Japón o cualquier rincón geográfico de la victimada África. Vivimos en un mundo donde ningún país se libra de esta lacra humana, de este perjuicio o enfermedad con la que algunos se empeñan en dañar nuestros valores, profanando el umbral de lo que es dignidad. Y ellos son médicos, abogados, fiscales, jueces, futbolistas, príncipes, reyes, arquitectos, ingenieros, sacerdotes, imanes, budistas, católicos, musulmanes, artistas de renombre, etc.
Todos son unos malditos desheredados del bien, ellos, ellas y quienes les protegen.
Desde luego que hay días en los que preferiría desear mentiras que me hagan soñar, también los tengo de querer verdades que me hagan despertar, o quizás todo junto pero sin acertar a saber cuál es el límite de esta dualidad.
Sé que siempre cargo con la responsabilidad de decidir qué grado de ingenuidad o de sinceridad me comprometo a aceptar para mantener mi moralidad, ella es la que me traza el camino de comprensión en el que la percepción, la comunicación, el amor y el poder de mi espíritu construyen mi mundo propio, el de este viaje que me lleva hacia la conquista de mi mismidad, tomando conciencia de los límites propios, creando un impulso capaz de desarrollar lo que necesito para transcender dichos límites en favor de la persona que quiero ser.
Así es como la imaginación aureola la experiencia de mis manos, de las que aprendieron a ser hábiles gracias a la investigación de otras manos que me otorgaron su saber, manos que me enseñaron a conducirme sano y salvo por senderos con peligros que yo no conocía, iluminando la ceguera que había dentro de mí y convirtiendo en luz la oscuridad que producían las maldades ajenas que por envidia, despecho o cualquier otra sin razón, fueron arrojadas contra mí. Yo he sido más afortunado que todas estas mujeres, ellas siempre víctimas del hombre brutal que las arrebató de la vida tan solo por el afán de un orgasmo miserable.
Centrándome en el tema que me ha tocado en profundidad y por el que, tal vez, herido me haya excedido con el preámbulo de, ‘Muñecas de piel’, voy a despedirme tomando las palabras de su directora a Montevideo Portal, Marianella Morena:
“No estoy haciendo un documental, esto es ficción, es una obra de teatro inspirada y basada en hechos reales”.
Qué más voy a contarles, ya saben de mi pensar. Ahora, lo mejor será que sigan ustedes estos enlaces que les señalamos a continuación, en ellos encontrarán esta noticia y los mil detalles de la obra y lo que la inspiró:
Cinemagavia
Montevideo.com
El Pais
Semanario Voces
Desde Revista Visión Media agradecemos a todo el equipo que ha creado y presentado esta obra, ‘Muñecas de piel’, a Teatros del Canal por programarla y al interés de ustedes por leernos.
‘Muñecas de piel’ se representó los días 8 y 9 de Octubre 22 en la Sala Verde de los Teatros del Canal de Madrid.
Más info: Teatros Canal de Madrid
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